jueves, 21 de abril de 2011

Fundamentos de FD: Sensibilidad

Con anterioridad hemos hablado sobre la cantidad de luz que dejamos pasar y durante el tiempo que la dejamos pasar, pero es hora de hablar de la cantidad de luz que necesitamos para la correcta exposición. De recoger la luz se encarga el primer término de esta entrada: el sensor.

El sensor es el receptor de luz de nuestra cámara, a la que llega ya la luz interpretada y que, en fotografía digital, sustituye a la película fotográfica. Pero no sólo recibe la luz, si no que también la traduce, de simple luz a una imagen que nosotros podamos entender, es decir a su representación por medio de píxeles.


Sensor de una cámara fotográfica.

En la fotografía tradicional, la película estaba formada por pequeños cristales (haluros de plata) que eran foto sensibles y que recibían la luz que se intepretaba mediante el objetivo. Cada uno de estos cristales se "empapaba" de un color del espectro y, juntos, formaban la imagen de la película. La sensibilidad de la película estaba pues, marcada por el tamaño de los cristales y la definición que podríamos obtener de cada película estaba relacionada con el tamaño de estos cristales.

Esto parece un poco farragoso de entender, pero no lo es. Imaginemos, por ejemplo, que realizamos una fotografía y la imprimimos a un tamaño determinado (el mismo en ambos casos) y analicemos los resultados:

1.- Con una película ASA 100 (es decir, sensibilidad baja o lo que es lo mismo, muchos cristales pequeños). Obtendríamos una imagen con mucha definición (es decir, podríamos ampliar mucho sin perder calidad y obtendríamos colores vivos y bordes definidos). Pero, para obtener esta imagen deberíamos realizar la fotografía en condiciones de luz óptimas (buena iluminación, días soleados en exteriores...).


Uso de sensibilidades bajas para condiciones de luz buenas (ISO 125).
Fotografía por Thorsten Klapsch.

2.- Con una película ASA 800 (es decir, sensibilidad alta o pocos cristales y grandes). Por el contrario, obtendríamos una imagen menos definida que no podríamos ampliar sin perder calidad, con peores colores y bordes difusos. La ventaja de las sensibilidades altas se haría aquí patente pudiendo disparar en condiciones de luz baja (de noche, en interiores...).


Uso de sensibilidades altas para condiciones de luz débil o baja (ISO 1600).
"Loose Flourescent", por Jake Sargeant.

Con el paso a la fotografía digital el concepto "sensibilidad" se mantuvo, pero cambió un poco de sentido. Ya no depende de la cantidad de receptores que haya en el sensor (que es lo que sustituye a la película), si no que ahora el número de receptores se ha hecho constante y la sensibilidad depende de la señal-ruido.

En fotografía digital, los haluros de plata que encontrábamos en la película han sido sustituidos por pequeñas células fotosensibles eléctricas (fotoceldas) que reaccionan a la luz generando una corriente eléctrica. Estas células fotosensibles deberán reaccionar según las condiciones de luz a una potencia u otra. En condiciones de mucha luz, las células fotosensibles del sensor requerirán poco esfuerzo para captar la luz y la señal eléctrica será baja, lo que permitirá que todas las celulas reciban e interpreten bien el color; mientras que, en condiciones de luz ténue o débil, las células deberán emitir una corriente eléctrica mayor para poder así capturar la débil señal de luz y amplificarla, esto tiene como consecuencia un problema y es que, al amplificar esta señal se están creando alrededor una serie de datos aleatorios en el chip, que se mezclará con la señal original y se creará así lo que conocemos como "señal-ruido" o simplemente "ruido".


Fotografía para comparativa a 100 ISO (Sensibilidad baja, sin ruido)


Fotografía para comparativa a 12800 ISO (Sensibilidad alta, mucho ruido)